viernes, 7 de septiembre de 2012
ray of light
Llegó leve, casi tímido. Pero llegó. Un rayo de luz, al fin. Puede que sea el comienzo para volver a ver la vida a través de un pareo.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
en el suelo
Abro los ojos pero lo que veo no me dice nada. No hay extrañeza en la imagen. Toco con los dedos el suelo. Empiezo a volver. Siento. Mi cara está mojada, veo la lavadora desde abajo. Comienzan las preguntas. ¿Quién eres? Oigo una voz pero no la reconozco. ¿Por qué estoy aquí? Las respuestas intentan tranquilizarme pero yo estoy en paz. Lejos de la realidad. No hay deseos, no hay preocupaciones, no hay angustia. Me siento bien. Empiezo a sentirme muy cansada. Me duele el cuerpo. Sé que es el primer síntoma que me acerca a la realidad. Llega el miedo en forma de llanto. Mi hija. Mi pequeña, ¿lo ha visto? Mi pregunta ya no es tranquila. La respuesta de él tampoco lo es. Me giro levemente, miro su cara. ¿Qué ha pasado? Veo todo en sus ojos. Veo la angustia, la pesadez, el cansancio, la responsabilidad, la urgencia de salir de esta situación, veo el dolor.
Me levantan. Cierro los ojos. Quisiera volver a estar en el suelo. En esos instantes, allí, todo desaparece.
Me levantan. Cierro los ojos. Quisiera volver a estar en el suelo. En esos instantes, allí, todo desaparece.
sábado, 1 de septiembre de 2012
estoy mirando el final del mar, mamá
Ella observa. Sin miedo. La inmensidad no le hace pequeña. Sabe bien lo que ocurre más allá del horizonte. Todo está en calma en su interior. Eso me hace feliz
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