A veces, todo es un asco. A veces, el asco es a menudo. A veces, todo me asquea con mayor frecuencia. A veces, todo es doloroso. A veces, el dolor es insoportable. A veces, el asco y el dolor se mezclan y vuelve mi deseo de desaparecer sin que nadie se dé cuenta.
A veces, me pregunto si yo no tendré algo que ver en que esto siga siendo así. Y, a veces, hasta yo sé la respuesta.
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